En Oriente, el Tigre es símbolo de poder, pintoresco e impredecible, impone respeto y admiración. La impulsividad del Tigre provocará en la gente toda clase de sensaciones, salvo la indiferencia. En resumen; le encanta ser el centro de la atención. Dada su naturaleza desconfiada, es fácil que dude o que tome decisiones precipitadas. Se le hace tan difícil confiar en otros como controlar sus emociones. Pero al igual que es de susceptible, también es sincero, afectuoso, generoso y posee un maravilloso sentido del humor.

Ser caprichoso es ser injusto con él y nunca da los frutos deseados. Lo mejor es que le tengas cogida la mano y le dejes hablar hasta que se desahogue, darle tiempo a recoger todos los pedazos de su ego. Entonces, te quedarás con la sensación de que hiciste tu buena obra del día. Después que haya terminado contigo, bueno... lo más probable es que se vaya a hacer exactamente lo que pensaba hacer desde el principio.